El incendio, que fue calificado por el director de Corporación Nacional Forestal (Conaf), José Manuel Rebolledo, como el “más grande de la temporada”, sigue en activo desde el pasado 9 de febrero en la región del Maule, a unos 200 kilómetros al sur de Santiago de Chile.
La Oficina de Nacional de Emergencia (Onemi) declaró alerta roja en la localidad de Molina el pasado 12 de febrero e informó que las llamas se encuentran cercanas a varios núcleos urbanos de la zona y al parque nacional.
El fuego cercano a las inmediaciones de la reserva natural superó el perímetro de seguridad estimado por la Conaf, ente estatal a cargo de los parques del país, que tomó la decisión de cerrar el acceso a los visitantes.
Aunque el fuego no afectó todavía a la vegetación del parque, la prohibición “obedece a la densa capa de humo sobre el parque, la que pudiese provocar algún accidente por la reducida visibilidad”, informó la entidad.
El Radal Siete Tazas es una zona de protección y conservación nacional por sus ecosistemas y por las especies de fauna y flora autóctona que lo habitan, además de ser un lugar de actividades recreativas y al aire libre.
El director de Conaf explicó a medios locales que la complejidad del incidente radica en “la topografía muy abrupta que hace que los árboles que se están incendiando en la parte alta caigan y armen otro foco”.
Actualmente hay 23 brigadas trabajando en terreno para sofocar el incendio además de 6 aviones y 13 helicópteros entre los recursos públicos y privados.
La alcaldesa de la región afectada, Priscilla Castillo, solicitó a través de su cuenta de Twitter más ayuda al Gobierno y reclamó que se destinen más recursos para extinguir el incendio en la región para evitar “una mayor desgracia”.
Fuente: EFE.