Los australianos siguen en una mala racha con el clima. Una buena parte del país fue consumido por las llamas durante varias semanas; la lluvia posterior ha dejado inundaciones y el paso del ciclón tropical Damien azota al país oceánico.
No termina un desastre natural que ya empieza otro. Australia sufre cambios de clima extremos que pasan de elevadas temperaturas a lluvias torrenciales.
Las autoridades lanzaron la alerta para el fin de semana. El ciclón Damien tocó tierra en el noroeste de Australia el sábado 8 de febrero, con vientos de hasta 200 kilómetros por hora.
Hasta ahora no se han registrado daños o víctimas, sin embargo, en varios sectores se ha cortado el suministro eléctrico.
Mientras tanto, en la costa opuesta de Australia, el estado de Nueva Gales del Sur y Queensland están el peligro por las inundaciones repentinas potencialmente mortales, dado que la lluvia cae por tercer día consecutivo y expertos aseguran que son aguaceros no vistos desde 1998.
Sin embargo, la zona está tan seca y destruida después de meses de incendios forestales, que las lluvias, el granizo y los fuertes vientos fueron bienvenidos.
En Sidney, las precipitaciones inundaron varias carreteras y provocaron retrasos en el servicio de transporte público.
Según BBC, otras ciudades de Nueva Gales del Sur también enfrentaron inundaciones, como Byron Bay y Coffs Harbour, donde cayeron 280 y 250 milímetros de lluvia respectivamente.
Además, es probable que las fuertes lluvias causen inundaciones repentinas en partes de la costa norte central, en las regiones de Hunter, el área metropolitana de Sidney e Illawarra, y partes orientales de las mesetas centrales.
El Servicio Estatal de Emergencia de Nueva Gales del Sur aconsejó a los residentes que abandonen las áreas bajas y desalentó a los surfistas a ir al mar, pues las mareas son más altas de lo normal.