Los históricos incendios forestales que ha sufrido Australia estas últimas semanas, juntamente con las largas sequías, ya han matado a cerca de 1.000 koalas y han reducido a cenizas el 80% de su hábitat australiano, dejándolo en un punto prácticamente de no retorno.
Así lo ha informado la presidenta de la Fundación Australiana del Koala (AKF), Deborah Tabart. Unas consecuencias ecológicas que saldrán muy caras para el futuro de los ecosistemas del país, más incluso que las pérdidas económicas y materiales que han comportado las llamas imparables.
Una especie en alto riesgo de extinción
La misma AKF emitía un informe la primavera pasada alertando que los koalas estaban «funcionalmente extintos» debido a su crítica situación. Unos datos que preocuparon mucho a la comunidad internacional y que ahora han quedado reducidos a cenizas, debido a que la extinción de la especie está más cerca que nunca después de los catastróficos incendios.
La extinción funcional indica que una especie animal se ha reducido tanto que ya no tiene prácticamente influencia en su hábitat y ecosistema. Antes de los incendios se calculaba que solo había cerca de 80.000 ejemplares de Koalas en Australia, una cifra que ahora no se sabe hasta qué punto se ha visto reducida.
Con los eucaliptos quemados, los Koalas no pueden alimentarse
El hecho de que estos graves incendios hayan perjudicado tanto a los Koalas y sus habitats se debe a que las llamas han quemado, principalmente, los árboles eucaliptus de los bosques, la principal fuente de alimentación de esta especie animal. La situación es tan crítica que, si bien un koala adulto necesita un quilo de hojas de eucalipto al día para alimentarse, en estos momentos no hay suficientes arboles como para alimentar a toda la población.